Quisiera contarte, Luna, que ante ti hay un hombre cansado, que ha intentado pasar sin ruído, evitando dolores propios y ajenos; pero que en esto ha fracasado.
Quisiera contarte, Luna, las veces que ante ti he llorado; Y aquellas en las que la brisa mi risa ha despertado, aquellas en las que el alba ha alentado mi llanto. Y es que los fantasmas vienen cuando el mundo está callado.
Quisiera contarte, Luna, las cruces que voy encontrando pese al tiempo que ha pasado, pese a que no he contestado; pese a que algunas son falsas, pese a que muchas ni existen. Sigo paseando y viendo, por rincones esperando, clavos de plata y bronce que me siguen lacerando. Y esos, en gran parte, siguen injustificados.
Quisera contarte, Luna, que no soy hombre perfecto: que he cometido mis fallos, y herido sentimientos. Que nunca quise hacerlo, que me pesa cada lágrima; que no supe evitarlo, que el error fue de necio. Que con ellos camino a diario, a solas por las veredas; que el amargor profundo, va horadando mis venas. Nunca intente provocarlos, siempre intenté evitarlos. Pero la incapacidad, el dolor y la pena, apagaron mis esfuerzos.
Quisiera contarte, Luna, los nombres de todos aquellos, que de mi tren se bajaron sin atender mis lamentos; que nunca escucharon nada de mis labios sufriendo; ni quisieron oírme, ni evitaron castigarme; ni cesaron en sus golpes, ni ahora lo están haciendo. Y gritando a los cuatro vientos, claman contra el prejuicio; y son capaces de juzgar escuchando a un solo aliento.
Quisiera contarte, Luna, las manos de amigos ciertos, que me llevan en volandas por los tiempos más inciertos. Que saben que sigo siendo, aquel que conocieron; que saben que no he cambiado, y que soy el de sus recuerdos.
Y es que Luna, quisiera contarte tantos motivos buenos, y me encuentro con Machado y su famosos versos:
" Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos, sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla."
Quisiera contarte, Luna, que he descansado durmiendo; que he aprendido a llorar, que me rindo y que amanezco; pero no sé caer sin levantarme, porque hace tiempo fui aprendiendo, que la vida te da una risa por cada llanto y lamento. Aprieta los dientes y sigue, por el valle de los sueños, que la vida nunca marca al que no se deja hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario